Por invitación del maestro en ciencias, Marcos Pedro Ramírez López, jefe de la División de posgrado del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), quien encabezó el grupo de investigación sobre los atractivos turísticos de la región, acudí a la pintoresca población de San Bartolomé Lachirioag los primeros días de abril del 2010. Nuestro guía para llegar tranquilamente a nuestro destino, fue Ariadna Aparicio Vásquez quien es de esa comunidad y cursa el 4º. semestre de la licenciatura en administración en el ITO.
Los cerros se dibujaban por todas partes, y estaban tan cerca que parecían tocarse con las manos. El Zempoaltepetl no me pareció tan alto pero sus numerosos picos incrementaban su encanto.
Por gestiones de Ariadna, en Lachirioag nos estaba esperado un profesor del bachillerato de la localidad para conducirnos a un paraje muy importante desde el punto de vista arqueológico, pero con tantas paradas nos retrasamos y ya no pudimos escalar el cerro mágico de Lachirioag. A cambio, después de comer deliciosamente en la casa de Ariadna, visitamos la iglesia y sus alrededores. Casi anocheciendo, nos cautivó la procesión del sábado que antecede al Domingo de Ramos.
El domingo, toda la comitiva se levantó muy temprano y entonces alguien divisó un extraño paisaje en el cerro de enfrente. Un caserío perturbador nos atrajo. La guía nos aclaró que era Temazcalapa y acordamos visitarla en la tarde.
Por otro lado, Ariadna nos contó un aspecto de la historia de Lachirioag y luego mencionó la rivalidad histórica con Villa Alta, pero que esta confrontación social se ha llevado a ámbitos civilizados. Y es que Villa Alta es una comunidad mestiza de comerciantes y de oficios diversos, mientras que Lachirioag; sus pobladores son campesinos, artesanos y comerciantes pero la gran mayoría hablan zapoteco.
Antes del desayuno del domingo, visitamos un trapiche y nos tocó ver como se marca la panela. Después, y mientras el calor arreciaba, en la camioneta del maestro Marcos, descendimos por las laderas angulosas del occidente de San Cristóbal, y cerca del río divisamos un cultivo de agave.
Marcos Pedro Ramírez nos explicó que un científico se dedicó toda su vida a investigar esta planta y fue quien la designo agave por su belleza y gran poder de adaptación. Es decir, agave en latín significa “planta maravillosa”. Y sí que lo es, pues en parte lo pudimos constatar en el palenque Tosba, donde probamos un delicioso mezcal de exportación.
Al poco, incursionamos las faldas del cerro mágico para admirar los petrograbados. No obstante vimos más cerca Temazcalapa y luego de estar un buen rato admirando los libros antiguos hechos en la piedra, nos enfilamos al paisaje rojo.
Tamazcalapa está sobre una extensa zona arqueológica lo cual lo constata un cerro labrado en cuya base se encuentran la iglesia y el panteón, la arquitectura vernácula de adobes rojos, tejas y piedras labradas. Regresamos a Lachirioag ya entrada la noche.
El lunes es tianguis en Villa Alta, y por supuesto, causó gran interés la vendimia y los productos de la región. Más tarde –Villa Alta dista 5 km de Lachirioag- en San Cristóbal preparamos el retorno después de una serie de tomas fotográficas a Ariadna, con su traje de lachirioaguense. No queríamos que el tiempo transcurriera pero terminó nuestra estancia y nos despedimos.
¿Qué significa Lachirioag?
- Llano de piedra.
- Pero hay piedras por todas partes.
- Por los numerosos vestigios arqueológicos se infiere que significa llano de piedras grabadas.
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