jueves, 3 de junio de 2010

Los Motivos (Ralph*)


Éramos 70 los que decidíamos el rumbo del país, y pese a los embates del gran poder financiero Internacional, mantuvimos muy en alto la soberanía de México. No obstante, nuestros enemigos políticos nos acusan de represivos y crueles. Es cierto, aplacamos el descontento popular pero hicimos lo correcto con el fin de preservar la seguridad y la tranquilidad de nuestra querida nación. En contraste, actualmente la lucha antinarcótica es un fiasco. A propósito, la portada de la revista estadounidense Visión: “En Alta California se cultiva la mejor mota”.

En cuanto a las finanzas y la economía, vimos muy clara la línea de separación entre crédito y capital. En consecuencia evitamos el crecimiento de la deuda externa y la hipoteca de los recursos naturales. Las reservas del Banco Central estuvieron siempre en oro macizo, no en dólares como ahora, lo cual es, aquí en confianza, traición a la patria puesto que no es más que disposiciones del Banco Mundial para financiar el déficit del país de las estrellas.

De los 70 sólo quedamos con vida cinco. No puedo ya dar un paso pero los ataques son constantes y directos. Que soy un viejo choco, que mi decrepitud me impide razonar y criticar, sobre todo cuando los periódicos me hacen entrevistas y digo que la cleptocracia impera en México. A estas alturas, mis detractores me tienen sin cuidado, pero lo preocupante es que son fieles servidores del imperio. Recitan que la soberanía y las causas nacionales son anacronismos, olvidando que esta retórica es asimismo caduca, sobre todo que la economía mundial se ha colapsado por la avaricia de unos cuantos y el despilfarro y el exagerado endeudamiento del país de James Polk. Curiosamente, ahora, los gurús financieros aconsejan, sin rubor, el ahorro interno y el respeto a las soberanías.

Empero, los que dicen gobernar México, que por cierto son menos de 30, todavía están entrampados en el neoliberalismo. Es tanta su ceguera, o muy fieles sirvientes, que han modificado la Constitución para la entrega del país. Sólo falta la instalación de bases militares en territorio nacional. Malévolamente, funcionarios de alto nivel han deslizado el rumor de que posiblemente se construyan en las islas Revillagigedo, por “inservibles y por encontrarse deshabitadas”.

Acabo de salir de una terrible apoplejía y he perdido la visión. Las comodidades de político encumbrado me sirven de muy poco. Es claro que me queda poco tiempo de vida, por eso dicto deprisa estas memorias: he encontrado un titulo magnífico para justificarme…

Texto hallado entre los escombros de la Casona del Pedregal de San Ángel, dos días después de la ola de atentados en la zona residencial de la Ciudad de México.


* Ralph es colaborador asiduo de nuestra revista. En el mes de septiembre de 2006 publicó el cuento oiga, ingeniero en el cual asentó que dada la situación política del país, Ulises Ruiz Ortiz se mantendría en el poder.

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