Carlos Fernández-Vega
P
ara 2013, el Fondo Monetario Internacional tuvo a bien pronosticar que el mexicanísimo cuan eficiente
De acuerdo con las estimaciones del organismo, en 2012 la economía
mexicana habría crecido 3.8 por ciento, contra 3.9 del año previo. Para
2013 su pronóstico es de 3.5 por ciento, proporción que repetiría en
2014, con lo que el primer bienio del gobierno peñanietista sólo
aportaría más de lo mismo, en el entendido de que para comenzar a salir
del hoyo se requiere un crecimiento anual no menor a 6 por ciento.navío de gran calado(Calderón dixit) reportaría un crecimiento económico menor al del año previo, el cual, a su vez, fue inferior al de 2011, y que por enésima ocasión tal comportamiento estaría por debajo del promedio latinoamericano, de tal suerte que en este año de pactos y cruzadas no hay mucho que esperar, salvo el ya clásico raquitismo que al grueso de los habitantes de este país no los deja pichar, cachar ni batear.
La desaceleración de la economía mexicana
fue confirmada por el Fondo Monetario Internacional. El producto interno bruto del país, la medida más amplia sobre el desempeño de la actividad, tendrá este año un crecimiento ligeramente menor al promedio de América Latina y el Caribe, expuso. En el plano global, el organismo observó una recuperación más gradual de la prevista, con las naciones en desarrollo como la principal fuente de crecimiento y la zona del euro que se mantendrá en recesión(La Jornada, Roberto González Amador).
En 2013 y 2014 el PIB mexicano avanzaría a una tasa de 3.5 por ciento cada año, anticipó el FMI, la misma previsión hecha en octubre pasado en su informe Perspectivas de la economía mundial. Para América Latina y el Caribe el organismo calculó un crecimiento económico de 3.6 y 3.9 por ciento en 2013 y 2014, respectivamente. La economía brasileña, la de mayor tamaño de la región, repuntará 3.5 y 4 por ciento en éste y el siguiente año (ídem). Lo anterior, desde luego, en caso de que la sacudida europea y la inestable economía estadunidense de mantengan en márgenes
manejables, según dice el organismo financiero.
No es novedad, pues, pero los resultados y la perspectiva de la economía mexicana contrastan con el alegre discurso que todo lo ve color de rosa y que siempre deja a un lado que la mejor muestra de que el país no transita
por el rumbo correctoes el voluminoso cuan creciente inventario de pobres. Como bien señalan los analistas de la Cámara de Diputados, en 2013 no caben las sorpresas, porque a lo largo de 2012 la actividad económica nacional
transitó bajo un entorno externo complicado y en constante deterioro, caracterizado por volatilidad en los mercados financieros internacionales, menoscabo de las condiciones de financiamiento, aumento de la aversión al riesgo y debilitamiento de la economía mundial.
Dichos factores a su vez estuvieron asociados al recrudecimiento de los problemas económicos y financieros en la zona del euro, la moderación del dinamismo de las economías emergentes (en especial China) y al crecimiento moderado en Estados Unidos por los problemas estructurales e incertidumbre sobre los acuerdos políticos en cuanto a su consolidación fiscal, lo que incidió a la baja en el desempeño de las exportaciones nacionales. El mercado interno no avanzó de manera significativa como para compensar la pérdida de dinamismo de la demanda externa.
Es la vieja historia mexicana de ganar batallas y perder guerras, pues en el lapso comprendido entre enero y septiembre de 2012 el PIB tuvo una ampliación anual de 4.19 por ciento, por arriba de lo que presentó en el mismo periodo de 2011 (3.87). Esto se explica por el comportamiento diferenciado da las actividades que lo componen: las primarias tuvieron un mejor desempeño, al aumentar 6.64 por ciento cuando en el mismo periodo del año pasado habían caído 3.65; las secundarias se mantuvieron casi estables, al tener un alza de 4.17 (4 un año antes) y las terciarias perdieron dinamismo al elevarse 4.4 (4.6 por ciento en 2011). Sin embargo, el año terminaría en 3.9 por ciento, si bien van las cosas.
Los analistas de San Lázaro reportan que la actividad económica despuntó en octubre de 2012, cuando el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reportó un incremento real anual de 4.33 por ciento, cifra superior a la observada en el mismo mes de 2011 (4.2),
aunque sigue sin alcanzar crecimientos significativos como el observado en mayo de 2010 (9.25). Con cifras ajustadas por estacionalidad, el IGAE pasó de una disminución de 0.08 por ciento en septiembre a un incremento de 0.16 por ciento en octubre; sin embargo, el valor de su índice en octubre fue menor en 0.27 por ciento respecto de su máximo de julio 2012.
El impacto de lo anterior se reflejó en el sector laboral donde, con todo y discursos triunfalistas, creció la tasa de desempleo. A noviembre de 2012, el 5.12 por ciento de la población económicamente activa se encontraba en tal situación, por arriba de lo observado un año antes.
Además, la necesidad de conseguir sustento económico obligó a las personas a emplearse en la informalidad, donde se
refugiaalrededor de 60 por ciento de la PEA. Así,
el que no hubiesen suficientes oportunidades en el mercado laboral implicó que muchas personas compitieron por cada plaza disponible. Esto a su vez provocó presiones a la baja hacia los salarios. De acuerdo con el Inegi, el ingreso mensual de los trabajadores, ya descontada la inflación, cayó 1.2 por ciento sólo en el último año (al tercer trimestre de 2012). Si se compara con el tercer trimestre de 2007 (antes de la crisis y el mayor nivel de ingresos observado), el ingreso presenta una caída de 13.5 por ciento. Claramente, el déficit de empleos se ha traducido en menores salarios para los mexicanos.
Las rebanadas del pastel
Después del caso Florence y ya entrados en gastos, ¿con qué otro show desviarán la atención de los mexicas?
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