domingo, 21 de octubre de 2012

Nada Malo (10/2012)

Sin jactancia, esta sección es la más leída de Identidad, no por sustancial sino todo lo contrario. 1. Olvido. El profesor X practica el olvido en formas más que inesperadas, una de sus hermosas ex alumnas se alegra porque ya no volverá a ser su maestro. “Su discurso es volátil como las nubes, eso sí, se pone muy estricto, sobre todo cuando olvida que en el día anterior entregamos los trabajos de la materia. Y cuando los extravía te dice que no los entregaste”. No obstante es un extraordinario promotor de cursos de verano en los que está dispuesto a impartir cualquier asignatura. 2. El Tec es caro. Un padre de familia, enemigo de la educación tecnológica, asegura que ciertos elementos de la organización están involucrados en el tráfico de influencias y cobros altísimos a los estudiantes de nuevo ingreso. ¿será? Al respecto, un directivo se alarmó y le espetó “Eso nunca ha sucedido en nuestro querido Tecnológico”, ¡Eso, así se defiende a la institución! 3. Privilegios de siempre. Unos amantísimos esposos, acostumbrados a los resquicios institucionales, después de disfrutar unas placenteras vacaciones, se presentaron, al mes de su asignación, en su nuevo departamento académico. El jefe hizo su berrinche con el que ustedes ya saben, pero nada, allí siguen tan campantes los dos, trabajando lo menos posible, con las plazas más altas. ¿Chido, no? 4. Institución hermética. ¿Se acuerdan de ese asunto gravísimo de tráfico de … en que se decía que lo hacía el departamento B y que luego se descubrió que unos vivales acudieron (con clave) al banco de datos de toda la institución? Pues nada, pese a que exhibió la fragilidad organizacional al beneficiar ilegalmente a cientos de alumnos, no hubo repercusiones. Es increíble, ¿no? Ni consignaciones, ni llamadas de atención, ni despidos, ni nada. ¿Para qué? La institución esta a prueba de hackers. “Hay que ser positivos; es mejor hablar sobre los saltos cuánticos”, dijo un directivo. ¿No les recuerda algo? 5. Un profesor, ni excelente ni pésimo, mediocre pues. No obstante, muy constante en sus labores docentes. Hacía más de 20 años que no se le promovía hasta que llegó alguien a una defensoría y dijo: “Qué escándalo es este. Hay compañeros que tienen apenas un año de servicio y ya exigen una promoción, ¿Qué sucede?” Lo habían congelado por dudar de los beneficios del compadrazgo. 6. Una personita que imparte la materia DH es incongruente cada vez que se solaza verbalmente en las reuniones comunitarias cuando los vientos de las discusiones y acuerdos no son a modo. Se exalta y pierde los estribos “ustedes son unos borregos” les grita. Y todavía más; “sólo unos barrenderos pudieron tomar esa decisión”. Pero no crean que esta personita es negativa, no. Aquí en confianza siempre ha deseado, con toda el alma intervenir siquiera un poquitín en la repartición del delicioso pastel institucional. No faltaba más. 7. Un estudiante dipsómano y, por supuesto, sin ganas de estudiar, le pregunta a su profesor respecto a cómo aprobar el curso, luego le suelta: “Estoy dispuesto a todo”. 8. Confrontación. Al calor de la discusión entre un conferencista, contratado por el cuerpo directivo del Tec, y un connotado profesor, salieron a relucir las flaquezas institucionales y la versión triunfalista de la modernidad tecnológica. La discusión fue tan violenta que terminó de tajo luego de los escandalosos señalamientos del también incongruente profesor. “Usted es tan cismático que yo no aceptaría que fuera maestro de mi hijo”, dijo el primero. 9. Por uno de los amplios pasillos de nuestra querida institución, un profesor divisa a otro a quien acompaña un estudiante y en la lejanía se supone que dialogan. No obstante cuando se cruzan los tres existe un ánimo extraño en la pajera. El primer profesor se crispa ante el vulgar y pornográfico lenguaje del colega para con su alumno.

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