miércoles, 20 de marzo de 2019

Karen Uhlenbeck, primera mujer en ganar el premio Abel, el Nobel de las matemáticas

Periódico La Jornada
Miércoles 20 de marzo de 2019, p. 2
Madrid. Karen Uhlenbeck, profesora emérita en la Universidad de Texas en Austin, es la primera mujer en recibir el premio Abel, creado en 2002 y considerado el Nobel de las matemáticas.
En su fallo, la Academia Noruega de Ciencias y Letras reconoce sus logros pioneros en ecuaciones diferenciales parciales geométricas, teoría de los indicadores y sistemas integrables, y el impacto fundamental de su trabajo en el análisis, la geometría y la física matemática.
Karen Uhlenbeck recibe el premio Abel 2019 por su trabajo fundamental sobre análisis geométrico y teoría gauge, que ha transformado drásticamente el paisaje matemático, aseguró Hans Munthe-Kaas, presidente del comité Abel, en un comunicado.
Su trabajo ha sido descrito como uno de los más importantes en matemáticas del siglo XX. Durante más de tres décadas en la Universidad de Texas, Karen Uhlenbeck realizó una investigación que revolucionó el análisis geométrico y las matemáticas en general, afirmó Gregory L. Fenves, presidente de esta institución.
Fue una maestra inspiradora y una mentora dedicada a miles de estudiantes de esta casa de estudios, motivándolos a alcanzar grandes alturas en sus vidas académicas y profesionales, precisó.
Harald V, rey de Noruega, entregará el premio a Uhlenbeck –dotado con 700 mil dólares– en una ceremonia que se realizará en Oslo el 21 de mayo.
Algunos de sus trabajos más destacados se centraron en teorías de gauge, proporcionando una base analítica para una serie de conceptos explorados en la física moderna.
La investigación de Uhlenbeck ha llevado a avances revolucionarios en la intersección de las matemáticas y la física, sostuvo Paul Goldbart, decano de la Facultad de Ciencias Naturales y profesor de física en la Universidad de Texas en Austin. Sus ideas pioneras tienen aplicaciones en una variedad de temas fascinantes, desde la teoría de cuerdas, que pueden ayudar a explicar la naturaleza de la realidad, hasta la geometría del espacio-tiempo.
Una de los principales matemáticos de su generación, Uhlenbeck recibió en 1983 una beca MacArthur. En 1986 fue seleccionada para la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, y en 2000 fue galardonada con la Medalla Nacional de la Ciencia. En 2007 recibió el premio Steele por una contribución a la investigación de la Sociedad Matemática Estadunidense.
Curiosidad insaciable y amplia visión
Ella transformó el tejido del departamento de matemáticas con su amplia visión, señaló Thomas Chen, presidente de esa área de la Universidad de Texas en Austin. Su insaciable curiosidad alimenta tanto su profunda visión matemática como su sabiduría en la esfera humana, lo cual es evidente en su legendaria generosidad y atención a la mentoría de jóvenes en la disciplina.
Fue cofundadora de los programas de las universidades de Princeton y de Texas.
El premio Abel reconoce los logros en matemáticas en cualquier etapa de la carrera de un especialista en la disciplina. Difiere de la Medalla Fields, otro premio internacional, que se otorga sólo a matemáticos menores de 40 años. Los dos premios son considerados los más altos premios internacionales en está área del conocimiento.
Sus teorías han revolucionado nuestro modo de entender las superficies mínimas, como la formada por las burbujas de jabón, y los problemas de minimización generales en dimensiones más altas, agregó.
Uhlenbeck, de 76 años, es profesora de investigación invitada en la Universidad de Princeton y profesora asociada del Instituto de Estudios Avanzados de esa misma casa de estudios, en Estados Unidos.
Nacida en Cleveland, desarrolló técnicas y métodos de análisis global que están en la caja de herramientas de todo geómetra y analista, indicó la Academia Noruega de Ciencias y Letras.
También es activista en favor de la igualdad de sexos en las ciencias y las matemáticas.
Se trata de la primera mujer que recibe el premio Abel, creado en 2003 por el gobierno noruego con el objetivo de compensar la ausencia de un Nobel en esa disciplina. Lleva el nombre del noruego Niels Henrik Abel (1802-1829).

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