La educación y la cultura son los motores más poderosos para
cambiar una sociedad, no obstante, en México, el gobierno destina un
presupuesto raquítico para estos rubros, expresó Carmen Aristegui en su charla
del domingo 12de noviembre dentro del marco de la Feria Internacional del libro de Oaxaca.
Acompañada de Guillermo Quijas, director de la FILO, y de
Pedo Matías, corresponsal del semanario Proceso, Aristegui afirmó que el
periodismo es una actividad fascinante pero “es obligado detenernos en revisar lo complicado y difícil
que es ejercerlo”. Luego mencionaría a los periodistas asesinados en la última
década y de los ultimados recientemente. “Más de cien periodistas asesinados, y
todas estas atrocidades impunes”. Y remarcó que asesinar a un periodista es matar
a una parte de la sociedad, pues no sólo se afecta al gremio, sino que ya no se
investigará más, que ya no se informará más, luego, los demás periodistas
reciben la señal y se impone la autocensura, entonces, la principal afectada es
la sociedad. Pero, “Nuestra mejor defensa y herramienta es nuestro trabajo
público”.
Mencionó entonces a Javier Valdés, que su asesinato fue de
gran impacto pese a que trabajaba en una pequeña comunidad. Pero era un
periodista muy consultado, tanto en medios de Estados Unidos como de Europa. Además, “Javier estaba
decidido a indagar historias donde se rompen los límites entre víctimas y
victimarios; entre periodismo y literatura”.
Ante un público denso y expectante, dijo sentirse privilegiada
en un país tan desigual, de ser formada en una universidad tan codiciada como
lo es la UNAM y de haber estudiado Ciencias de la Comunicación, y todavía más,
“de informar, de comunicar a la sociedad”.
Y justamente al público que se dirigía, que abarrotaba todo el foro,
incluso en su entorno, era una palpable muestra de esa sociedad, interesada en
los asuntos más trascendentales de nuestro país. De dicción impecable, lo cual
armonizaba con sus rasgos finos, la comunicadora más carismática de México
contestó cada una de las preguntas del público.
Mencionó la desventaja crónica de las mujeres, habló sobre
su maestro Miguel Ángel Granados Chapa quien fue uno de los periodistas más
serios y profesionales hasta el final, también a Julio Scherer García y a
Vicente Leñero; y junto a ellos a Eduardo Galeano, un hombre cultísimo y
agradable.
Pero antes, mencionó los gastos millonarios para promover la
imagen presidencial, y el bono de los legisladores. Que México ha tenido
avances y retrocesos. Que la llegada de Vicente Fox a la presidencia se debió a
la lucha del pueblo pero que fue “trágico para este país”, pues no se llevó a cabo la
transición. En realidad “fue un despilfarro histórico”. Luego viene una
elección intervenida con Felipe Calderón, y que “fue peor que Fox; otra
tragedia pero con sangre”. Y agregó que Enrique Peña Nieto fue un producto de
la televisión, y ahora que Televisa va en picada solicitó llevarse su criatura.
Eran las 15:30 horas cuando Carmen Aristegui se despidió de
sus seguidores. Querían una foto, unas palabras, pero tenía que salir. “¡Déjenla
pasar!”, gritaban unos. Y otros: “Cuídate”, “Vuelve”, “Te amo”.
(Abel Ruiz López)
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