Aquel compositor de sonrisa discreta, el que se formó como músico en la escoleta de San Melchor Betaza, Narciso Lico Carrillo (San Ildefonso Villa Alta, 18 de marzo de 1956), falleció este miércoles 5 de agosto en la ciudad de Oaxaca.
El serrano que compartió con las bandas filarmónicas cientos de composiciones, guardó la batuta, la misma con la que se abrió camino y logró formar una carrera consolidada en el ámbito musical, eso le valió para que en 2013 lo galardonaran con el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el campo, Artes y Tradiciones Populares.
Lico Carrillo aprendió las primeras notas por parte del maestro Albino Teodosio, con tan solo 10 años de edad entró al mundo de la música como una actividad cotidiana y un servicio comunitario en San Melchor Betaza.
Creció en un lugar donde la música fluye y se dispersan entre las montañas, un sitio donde el músico es un elemento importante de la sociedad, son quienes dan el ritmo a las fiestas y son quienes llevan la batuta de hacer relaciones con otros poblados por medio de la gozona.
Narciso Lico reconoció en una entrevista que "la música genera un intercambio de culturas entre los pueblos, todos participan y se divierten, incluso un niño que aprende música, se le hace más fácil la educación primaria".
Él creía fielmente en que este arte era indispensable en la sociedad, hoy se marcha con varios proyectos sin terminar, como la construcción de la Preparatoria musical en Santa Ana del Valle y la Universidad de la Música en Teotitlán del Valle, los cuales realizaba con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la asociación civil Banda Infantil y Juvenil del Estado de Oaxaca (BIJEO), informó su hijo Raúl Lico.
El músico comentó en una entrevista que todo lo aprendió en la comunidad, porque cuando era hora de elegir a qué se iba a dedicar, era difícil salir a estudiar a otro lugar, "mis padres no tenían como solventar los gastos de una escuela de música".
La música poco a poco lo fue envolviendo, cada año venía a tocar a la Guelaguetza con la banda de San Melchor Betaza, ahí conoció al director de la Banda del Estado de Oaxaca Amador Pérez Torres, quien lo invitó a trabajar con él.
El impulso por superarse lo llevó a dejar su tierra y ser parte de la Banda del Estado de Oaxaca, en septiembre de 1975 fue cuando decidió ser parte de esta importante agrupación.
Tiempo después decidió emigrar al Distrito Federal, donde realizó arreglos a piezas musicales y ayudaba al maestro Manuel Enríquez en sus composiciones, además de que fue parte de la Sinfónica del Ejército y en 1989 regresó a Oaxaca y continuó con sus proyectos.
Un momento de su carrera lo dedicó a la trompeta, instrumento con el que destacó, pero después se enfocó a componer piezas y en su larga trayectoria ha compuesto alrededor de 500 temas, entre los que abundan los sones y jarabes.
Cada tema, Lico expresó que es difícil venderlo, sin embargo él los entrega a las bandas de los diferentes pueblos del estado, quienes a cambio le dan un apoyo, sus composiciones las han tocado bandas del Estado de México y el Distrito Federal, así como también agrupaciones de oaxaqueños que se encuentran en Estados Unidos.
Narciso Lico Carrillo murió a causa de un padecimiento que lo tuvo por unos días en el hospital, su hijo Raúl Lico Ventura, indicó que se velará en su domicilio ubicado en la calle, Cordillera de los Andes 106, colonia Volcanes este jueves 6 de agosto y se enterrará el viernes en la ciudad de Oaxaca, aún están por confirmar en qué panteón será.
Al compositor serrano le sobreviven su esposa, Cecilia Ventura y sus hijos, Rosalía, Sandra, Martha, Raúl y Francisco Lico Ventura, se sabe que este día Narciso Lico será despedido por la Banda Aire zapoteco
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