viernes, 22 de marzo de 2013


Con la Vara que Mides...

Ing. Miguel Ángel Rodríguez Morales



El modelo por competencias fue impuesto por decisión política en nuestro Instituto y rapidamente implementado por nosotros los docentes; en estos 3 años nos hemos acostumbrado a decir que evaluamos las competencias de nuestros estudiantes, sin deternernos a examinar que el modelo también exige competencias de los docentes.

De acuerdo al proyecto Tuning las competencias del docente tienen una estructura tripartita: Conocimiento del Área de Estudio (el docente interno), Conocimiento Pedagógico (el docente y el estudiante) y Conocimiento de Contenidos Pedagógicos (el docente y el contexto); haciéndose la observación que, en el área de enseñanza de las ciencias, debe ponerse más atención al contexto tecnológico y social, puesto que los ingenieros nos enfocamos a resolver problemas, no a preguntarnos si la solución es conveniente o que efectos tendrá a largo plazo.

¿Qué se espera de nosotros?

  • Conocimiento científico
  • Filosofía personal de la educación de las ciencias
  • Pensamiento crítico
  • Uso de estrategias para medir el aprendizaje de las ciencias
  • Conocimiento de la posición sociológica y política de la escuela
  • Uso de estrategias para integrar la ciencia con la tecnología y la sociedad
  • Ética profesional
  • Uso de herramientas psicológicas para conocer a los estudiantes
  • Facilitación del aprendizaje

Suponemos que si estamos familiarizados con las ideas cientícas del momento podremos presentar el contenido de las materias en una forma coherente, intentando desarrollar en los estudiantes el sentido de curiosidad y asombro, tomando en cuenta las capacidades del alumno para poder elegir las actividades más adecuadads, integrar el conocimiento teórico científico con la tecnología que viven, para que analicen los aspectos científicos que saturan la vida contemporánea, propiciando una actitud abierta a la investigación y prácticas innovativas.



Competencia en epistemología
Construir modelos epistemologicamente competentes sobre las diferentes modelizaciones del estudiante, y sobre las funciones y límites de cada modelo.
Utilizar correctamente los sistemas, aparatos y metodologías técnicos y científicos de su disciplina.
Utilizar adecuadamente criterios de categorización.
Valorar criticamente la validez de cada concepto científico en su momento histórico y su dimensión social.
Diferenciar entre una declaración científica y una no-científica.
Diferenciar entre una posición científica y una dogmática.



Competencia en bibliografía
Utilizar competentemente bibliotecas, libros, revistas, internet, etc.
Analizar criticamente documentos de popularización de las ciencias (publicaciones, libros, documentales, tv, etc.)



Competencia en la didáctica de las ciencias
Análisis de los conceptos científicos de los estudiantes, previos a la enseñanza del tema, y posteriormente para evaluar los cambios conceptuales resultantes
Utilizar los errores del estudiante no para juzgarlo sino para analizar y cambiar sus conceptos
Identificación de los obstáculos didácticos, para definir nuevas estrategias
Construir situaciones didácticas adaptadas del mundo real para el aprendizaje. Por ejemplo, situaciones basadas en problemas o proyectos
Utilización extensiva de laboratorios para aprender conceptos y procesos
Competencia para definir la situación y compromiso didáctico al estudiantado, y presentárselos como un espacio de autonomía activa para ellos



Competencia didáctica y de lenguaje
Adaptación del lenguaje científico al lenguaje del estudiante, sin abandonar la posibilidad de que el estudiante adopte el lenguaje apropiado
Uso de metáforas, ejemplos y otras estrategias pedagógicas
Competencia para motivar al estudiante a escribir reportes de sus actividades



Competencia en evaluación
Competencia para imaginar procesos de análisis y validadción del trabajo del estudiante, de sus hipótesis y conjeturas
Competencia para evaluar las actividades del estudiante en diferentes etapas del proceso, para ayudarlos en su aprendizaje y para prepararlos para su evaluación final
Competencia para ejecutar una evaluación final con criterios conocidos, en lo posible evitando el aprendizaje “de memoria” y que corresponda a la dquisición de las competencias específicas del tema



Me faltan palabras para terminar este escrito, así que recurro a mi memoria, adaptando libremente de una de mis obras musicales favoritas: “Camelot”

una persona así

facilmente podría realizar

un milagro o dos,

¿pero donde en el mundo

hay una persona tan

perfecta y pura?

Me apena decirlo,

pero soy demasiado noble para mentir:

Cést moi,

It´s I,

Soy yo”





Bibliografía

Kozan Naumescu, Adrienne. “Science Teacher Competencies in a Knowledge Based Society” Acta Didactica Napocensia Vol 1, Number 1.Rumania, 2008.

TUNING (Tuning Education Structures in Europe) Project http://odur.let.rug.nl/TuningProject/index_phase2.htm


viernes, 15 de marzo de 2013

LA GRAN TENTACIÓN

LA GRAN TENTACIÓN


Andrés Manuel López Obrador

A mediados de su sexenio, ante los cuestionamientos por carecer de un proyecto energético, Felipe Calderón Hinojosa anunció la creación de una refinería. Días después su crítico principal dijo que dejaría de llamarse Andrés Manuel “si se construye una refinería en este sexenio”. Y no fue un vaticinio sino una certeza del autor de La gran tentación.

La gran tentación “Es un retrato acerca de la sobrexplotación, las atrocidades y los actos de corrupción cometidos por hombres sin escrúpulos. Es también un retrato de las grandes gestas del pueblo y de sus buenos gobernantes, sobre todo el general Lázaro Cárdenas, para preservar y utilizar el petróleo en beneficio de los mexicanos y convertirlo en sustento de la independencia económica del país” asienta el autor de la crónica.

Editado por Grijalbo en 2008, La gran tentación consta de tres partes. En la primera, Andrés Manuel López Obrador hace una breve reseña sobre el petróleo en México. Desde la época prehispánica hasta el siglo XX. El núcleo de la obra es la segunda parte. Describe la política económica en la época “del pillaje neoliberal”. Aquí, López Obrador habla del fracaso económico del gobierno de José López Portillo al abrir las puertas a los organismos extranjeros para influir y decidir sobre la política económica de México. Luego, registra el abandono del gobierno de Miguel de la Madrid a la inversión y al gasto social. Es decir, el inicio de las políticas entreguistas que “han llevado al remate de mil empresas públicas y al vandalismo con bienes nacionales que desgraciadamente aún no termina”. Y remata: “Todos los gobiernos neoliberales han mantenido le idea y han avanzado en el propósito de privatizar tanto la industria eléctrica como la industria petrolera”.

En la página 99 de La gran tentación, el político que perdió la presidencia por 0.56 puntos establece que a partir de 1983 los tecnócratas del gobierno dejaron de considerar como prioritario el sector energético. La política petrolera en particular ha sido manejada con perversidad, de manera irresponsable y con una sorprendente falta de visión y sentido común. Lo único que les ha importado-dice López Obrador- es vender petróleo crudo al extranjero, haciendo a un lado la explotación de nuevos yacimientos y, sobre todo, dejando en el abandono la refinación y la industria petroquímica.

En la tercera parte, el ex candidato presidencial establece la lucha de las diversas organizaciones en defensa del petróleo y de su futuro como recurso estratégico.” Todas las proyecciones indican que la demanda energética seguirá en aumento. Incluso se estima que para el año 2020 será 50% mayor que la actual. Es decir, aun cuando se continúa investigando sobre otras fuentes de energía, todavía por varias décadas el desarrollo de la economía mundial seguirá sustentándose en los hidrocarburos”

No cabe duda, La gran tentación es un libro obligado, pero asusta. Las gigantes petroleras están dispuestas a todo- dice Obrador- con tal de apropiarse del oro negro. A propósito, los expertos aconsejan al gobierno venezolano, ya sin Chávez, que todo trato con ellas es riesgoso. (Abel Ruiz López)

sábado, 9 de marzo de 2013

Hugo Chávez, el niño pobre de Sabaneta

Luis Hernández Navarro
Publicado: 06/03/2013 10:13
Hugo Chávez fue un personaje de carne y hueso sacado de la más fantasiosa novela de Gabriel García Márquez. Niño pobre de Sabaneta (capital del estado de Barinas) que juró no traicionar su infancia de escasez y precariedad, aprenddesde muy pronto a sembrar y vender golosinas. Hijo de maestros de primaria que creció con su abuela Rosa Inés y otros dos de sus hermanos, vivió en una casa de palma, con pared y piso de tierra, que se inundaba con la lluvia. Menor que soñaba con ser pintor y que traía en el alma la fantasía de jugar beisbol en las Grandes Ligas, se nutrió toda su vida de sus orígenes humildes.
De la mano de su abuela, a la que llamaba Mamá Rosa, aprendió a leer y escribir antes de entrar a primer grado. Al lado de ella supo de las injusticias de este mundo y conoció la estrechez económica y el dolor, pero también la solidaridad. De los labios de ella, extraordinaria narradora, recibió sus primeras lecciones de historia patria, mezclada con leyendas familiares.
El niño Hugo Chávez viajó por el mundo a través de las ilustraciones y las historias que leyó en cuatro tomos grandes y gruesos de la Enciclopedia Autodidacta Quillet, obsequio de su padre. En sexto grado fue escogido para dar un discurso al obispo González Ramírez, el primero en llegar a su pueblo. Desde entonces le encontró el gusto a hablar en público y a los demás el interés por escucharlo.
Su ídolo fue Isaías Látigo Chávez, pítcher en las Grandes Ligas. Nunca lo vio, pero lo imaginaba al escuchar los partidos en la radio. El día que su héroe murió en un accidente de aviación, al joven Hugo, de 14 años de edad, se le vino el mundo encima.
Para ser como el Látigo, el muchacho de monte entró al ejército. Gracias a sus cualidades de pelotero se le abrieron las puertas de la Academia Militar en 1971. Cuatro años después se gradcomo subteniente y licenciado en ciencias y artes militares, con un diploma en contrainsurgencia, con una brújula que marcaba como su norte el rumbo del camino revolucionario.
Su toma de conciencia fue un proceso largo y complejo, en el que se combinaron lecturas, conocimiento de personajes claves y acontecimientos políticos en América Latina. En uno más de los episodios de realismo mágico que marcaron su vida, en 1975, en un operativo el subteniente Chávez encontró en la Marqueseña, Barinas, un Mercedes Benz negro escondido en el monte. Al abrir el maletero con un destornillador se topó con un arsenal subversivo compuesto por libros de Carlos Marx y Valdimir Ilich Lenin, que comenzó a leer.
En la forja de sus actitudes políticas influyó, decisivamente, su hermano mayor Adán, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). También su participación en un experimento educativo de las fuerzas armadas llamado Plan Andrés Bello, preocupado por brindar a los militares una formación humanista. De la misma manera, fue clave en su formación política el descubrimiento de Simón Bolívar y la voracidad intelectual de Chávez, que lo condujo a leer cuanto documento encontró sobre la biografía y el pensamiento del prócer. Más adelante sería definitiva en él la influencia de Fidel Castro, a quien trató como si fuera su padre.
El derrocamiento de Salvador Allende en 1973 le provocó un gran desprecio hacia los militares de la cuña de Augusto Pinochet, tan extendidos en América Latina. Por el contrario, el conocimiento de la obra del panameño Omar Torrijos y del peruano Juan Velasco Alvarado le mostró la existencia de otro tipo de fuerzas armadas de vocación nacionalista y popular, tan diferentes de los gorilas formadas en la Escuela de las Américas.
Rebelde ante el atropello, descubrió en servicio los abusos y la corrupción de sus mandos, y como pudo los enfrentó. “Yo vine a Palacio por primera vez –contaba Chávez– a buscar una caja de whisky para la fiesta de un oficial”. Para removerlos, en el aniversario de la muerte de Simón Bolívar en 1982, un pequeño grupo de oficiales del cuerpo castrense, entre los que se encontraba Chávez, hizo el juramento de Samán de Güere, en el que fundaron el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR200).
Casi siete años más tarde se produjo un levantamiento espontáneo de los barrios pobres de Caracas en contra de las medidas de austeridad del gobierno de Carlos Andrés Pérez. El caracazo fue sofocado a sangre y fuego. La rebelión popular dio un gran impulso al movimiento de los militares bolivarianos.
En 1992, Chávez y sus compañeros se levantaron en armas. La asonada fracasó y Chávez fue a prisión. Frente a los medios de comunicación asumió la responsabilidad. Su popularidad y ascendencia política a partir de entonces fueron en ascenso. Al salir libre su presencia política creció aceleradamente ante el colapso del sistema político tradicional. En las elecciones presidenciales de 1998 triunfó con votación de 56 por ciento. A partir de ese momento nadie lo pudo parar. Una y otra vez ganó casi todos los comicios y referendos en los que participó, al tiempo que sobrevivió milagrosamente a un golpe de Estado y un paro petrolero.
A lo largo de los casi 20 años que condujo el Estado venezolano, el teniente coronel refundó su país, lo descolonizó, hizo visibles a los invisibles, redistribuyó la renta petrolera, abatió el analfabetismo y la pobreza, elevó increíblemente los índices de sanidad, incrementó el salario mínimo e hizo crecer la economía. Al mismo tiempo, y en la pista internacional, fortaleció el polo de los países petroleros por sobre las grandes compañías privadas, descarriló el proyecto de un área de libre comercio para las Américas impulsado desde Washington, creó un proyecto alternativo de integración continental y sentó las bases para un socialismo acorde al nuevo siglo.
Hugo Chávez fue un formidable comunicador, un incansable contador de historias, un educador popular. Sus relatos, herencia de los cuentos que Mamá Rosa le obsequiaba en su infancia, mezclaban historia patria, lecturas teóricas, anécdotas personales, con frecuencia en tiempo presente. En todas ellas el sentido del humor estaba presente. “Si tu mujer te pide que te eches por la ventana –jugaba jocoso– es hora de que te mudes a la planta baja...”
Sus narraciones seguían el modelo clásico de las sonatas musicales, en el que dos temas contrastantes se desarrollan en tonalidades vecinas. En sus discursos echaba mano por igual de la poesía y el canto. “Yo canto muy mal –se justificaba–, pero, como dijo aquel llanero, Chávez canta mal, pero canta bonito”, para, a continuación, interpretar una canción ranchera o una balada.
Antimperialista, antineoliberal, comenzó a hacer el milagro de construir los cimientos de la utopía en un país que imaginariamente estaba más cerca de Miami que de La Habana. Llanero de pura cepa, fabulador incansable, Chávez soñó revivir el ideal socialista cuando muy pocos querían hablar de él. Y lo hizo, para no traicionar nunca su infancia de niño pobre de Sabaneta.