lunes, 2 de julio de 2012

El nuevo presidente debe acabar con la guerra; es una locura, señala empresario

Sanjuana Martínez Especial para La Jornada Periódico La Jornada Domingo 1º de julio de 2012, p. 15 El empresario regiomontano Alberto Santos de Hoyos no tiene duda: "El nuevo presidente debe terminar esta guerra. Estoy convencido de que tenemos que ir al cáncer, al origen, al tumor que genera toda esta violencia fuera de control, está carnicería, esta locura que estamos viviendo, y para ello debemos acabar con el mercado negro de las drogas, legalizarlas todas y ponerlas bajo el control del Estado; no dejar como el alcohol o los cigarros en manos de empresas privadas que tienen el objetivo de vender para ganar más dinero". Con amplia trayectoria empresarial y política, el dueño del Grupo Empresas Santos, clave en el sector azucarero del país, con 400 mil toneladas de producción, es un vehemente defensor de la legalización de drogas. Ahora hay más, consumo e inseguridad, asevera Dueño también de empresas en telecomunicaciones, alimentos, automotriz y turismo, está convencido de que la solución al problema del narcotráfico no es continuar una guerra absurda: "Hay que quitarnos el yugo de Estados Unidos que hace 42 años nos impuso esta política absurda, obligó al mundo a firmar en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la declaración de la guerra contra las drogas con resultados funestos: hay más consumo, más violencia, más inseguridad y más dinero gastado en esta estúpida guerra". Añade: "¿Por qué creamos un crimen en algo que no era un crimen? Creamos criminales en una actividad que si no se hubiera prohibido no sería un crimen. Es un absurdo, una locura. Nixon cuando fue presidente declaró la guerra contra las drogas y creó una comisión para que le recomendara qué política debía de seguir. Le sugirieron legalizarlas, desechó esa recomendación y por intereses políticos o religiosos declaró la guerra contra las drogas, embarcó al mundo en esta guerra y el costo pagado, en particular en países como México y Colombia, es enorme. No tiene sentido". La otra gran decisión que debe tomar el nuevo presidente es deslindarse de la política de partido que ha caracterizado a anteriores mandatarios: "Debería renunciar al partido que lo postuló, ya fue candidato a la Presidencia por ese instituto político, ya fue electo; al ser presidente de todos los mexicanos y para evitar el partidarismo, yo renunciaría y me declararía ciudadano libre, presidente de todos los mexicanos; convocaría a la unidad". Ex diputado federal y senador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y actual consejero del Banco de México, Grupo Cydsa, Sigma Alimentos, Seguros Comercial América y otras firmas, se muestra en favor de las candidaturas independientes y en contra de los partidos: "No me agrada el monopolio de la participación política que tienen los partidos, aparte están subsidiados. No me gusta la forma en que están organizados los institutos políticos, no me gusta la forma en que operan". El empresario, quien también tiene una participación activa en organizaciones no gubernamentales de carácter social, está convencido que tarde o temprano México tendrá un cambio: "Nunca he perdido la esperanza de un cambio. Tuvimos muchas esperanzas hace 12 años cuando ganó Vicente Fox y hace seis años cuando ganó Felipe Calderón, y resultaron vanas. No hay que perder la esperanza, algún día se nos va hacer". Hay cosas por mejorar en el proceso electoral, considera El proceso electoral mexicano tiene aún cosas que mejorar, reconoce, y debido a prácticas antiguas de manipulación del voto, hoy puede haber problemas: "Puede haber minifraudes en ciertas casillas, donde algunos partidos no tengan representantes y se puedan modificar las actas. Hay prácticas indebidas de acarreo, compra de votos, les dan una tarjeta, tomar foto de la boleta... aún si se diera eso, no sería a gran escala. No creo que el fraude vaya a modificar la elección". Con 70 años, Santos de Hoyos se dice "muy viejo" para formar parte de un nuevo gobierno, pero se muestra dispuesto a seguir siendo un crítico independiente y un ciudadano comprometido con su país: "Este país no es viable si seguimos con la misma política económica y social que hemos tenido durante 30 años, en donde la brecha entre los que tienen ingresos altos e ingresos bajos ha ido creciendo, donde cada día hay más gente pobre. No hay crecimiento económico. Y hay una pésima distribución de la riqueza".

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