miércoles, 25 de agosto de 2010

Extraen esqueleto de más de 10 mil años de cueva inundada en Q. Roo


Periódico La Jornada
Miércoles 25 de agosto de 2010, p. 3

El joven de Chan Hol, uno de los esqueletos humanos más antiguos de América, con más de 10 mil años, fue descubierto en una cueva inundada de la Península de Yucatán por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

El hombre, que vivió durante la era de hielo, es uno de los cuatro esqueletos que han sido hallados en el proyecto que dirige Arturo González González, coordinador del Estudio de los Hombres Precerámicos en la Península de Yucatán, investigación que contribuirá a fortalecer las hipótesis de que este continente se pobló de varias migraciones provenientes de Asia.

Los restos óseos de esa época, que también han sido detectados en Tulum, son conocidos como la mujer de Naharón (una joven de entre 17 a 20 años de edad), la mujer de las Palmas (mujer de 40 a 45 años de edad) y el hombre del templo, que tiene una datación entre 10 mil y 14 mil años de antigüedad.

El joven de Chan Hol, como se le conoce entre la comunidad académica, exhibe un escaso desgaste del esmalte en los dientes, lo cual indica su corta edad. “Es uno de nuestros predecesores más remotos en el continente; fue hallado a 542 metros dentro de una cueva inundada en Quintana Roo y su colecta requirió casi tres años de estudios in situpara no perder información”.

En esta ocasión, el joven de Chan Hol develará nuevas vertientes de investigación sobre el poblamiento del continente, explicó a este diario Arturo González, quien añadió que la osamenta fue llamada igual que el cenote donde fue hallada, a 8.3 metros de profundidad.Es una caverna donde abundan estalagmitas y a la que sólo se llega por intrincados laberintos, inundados y totalmente oscuros.

Este enterramiento, explicó González, también director del Museo del Desierto de Coahuila, fue realizado al final del pleistoceno, cuando el nivel del mar estaba 150 metros más abajo y antes de que se inundaran esas cavernas, las cuales probablemente Chan Hol conoció y recorrió.

Detalló: Chan Hol fue colectado en 60 por ciento de su totalidad, con huesos representativos de las cuatro extremidades, vértebras, costillas y cráneo, así como varios dientes, lo que significa mayores datos, porque cuando se trata de restos de 10 mil años generalmente sólo se encuentra el cráneo o la mandíbula y 20 o 30 por ciento de la osamenta.

Incluso, develó González, especialista en paleobiología, las cuatro osamentas halladas en cuevas inundadas de Quintana Roo revelan migraciones procedentes del sureste asiático anteriores a las conocidas hasta ahora como grupos clovis, que habrían cruzado desde el norte de Asia, también por el estrecho de Bering, al final de la era de hielo.

Los análisis de fechamiento que han realizado varios especialistas, dijo, han comprobado que las osamentas colectadas en estas cuevas pertenecen a individuos de grupos preclovis, y se enmarcan dentro de los escasos restos humanos del pleistoceno terminal americano, cuyas características físicas se asemejan a la gente del centro y sur de Asia, lo que sugiere diversas migraciones hacia el continente.

El acomodo de los esqueletos, incluido el de Chan Hol, son indicio de que las cavernas también se usaron para enterrar muertos, lo cual se determina debido a las posiciones de los huesos de los individuos, que no corresponden a un modo natural, sino a un arreglo humanopost mórtem de carácter ritual.

En torno al joven de Chan Hol han colaborado diversos expertos, tanto del INAH como antropólogos físicos de la UNAM, quienes han determinado que la osamenta perteneció a un adulto joven, posiblemente del sexo masculino, que fue descubierto con piernas flexionadas a la izquierda y brazos extendidos a ambos lados del cuerpo, lo que significa otra novedad, debido a que no se había encontrado un esqueleto en postura similar.

Durante los tres años recientes, los especialistas trabajaron en la consolidación del esqueleto para finalmente extraerlo del cenote.

Los restos serán sometidos a estudios morfoscópicos (de la forma de los huesos y cráneo) para confirmar si comparten características con los otros tres esqueletos extraídos de las cuevas; también se comprobará su antigüedad, sexo, causas de fallecimiento y edad al morir. A la par se intentará una datación precisa por carbono 14, y se le aplicarán estudios de imagenología, esto es, tomografías para analizar la composición, densidad y formas interiores de la estructura ósea.

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