Teotihuacán, Méx., 3 de agosto. Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) confirmaron la información que publicó La Jornada sobre el hallazgo del túnel que corre debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, en la zona arqueológica de Teotihuacán, cuyo acceso fue cerrado hace aproximadamente mil 800 años y desde entonces nadie había entrado. Allí, se estima, estarían restos de gobernantes.
El descubrimiento es una oportunidad inigualable de acercarnos al pensamiento cosmogónico y religioso de los antiguos teotihuacanos, señaló Sergio Gómez Chávez, director del Proyecto Tlalocan: camino bajo la tierra.
El investigador informó que se trata de la exploración arqueológica más profunda que se haya hecho en el sitio, pues se trabaja a 12 metros.
Aunque todavía no se explora dentro del túnel, se ha visualizado mediante un georradar que éste tiene una longitud entre 100 y 120 metros, con ancho de tres a cuatro metros por cinco metros de altura y que alberga al menos tres cámaras.
“En esas cámaras se piensa que se encuentren los entierros. Es por ello que día a día nuestras expectativas se incrementan, pues hay muchas probabilidades de que dentro se halle una importante tumba u ofrenda. Sin embargo, no es algo que nos obsesione.
“Se sabe que al morir, los gobernantes eran sepultados en los lugares más sagrados. Desde hace mucho tiempo arqueólogos nacionales y extranjeros han intentado localizar las tumbas de los gobernantes de la antigua ciudad, pero la búsqueda ha sido infructuosa.
El túnel debió estar vinculado a conceptos relacionados con el inframundo, de ahí que no se descarta que en este lugar se hubieran realizado rituales de iniciación e investidura divina de gobernantes teotihuacanos, toda vez que el poder se adquiría en espacios sagrados, dijo Sergio Gómez.
Hasta el momento, en torno al túnel se han encontrado más de 60 mil pequeños objetos, como puntas de obsidiana, cerámica, ornamentos hechos en concha, jade importado de Guatemala, serpentina y pizarra, los cuales fueron arrojados por los teotihuacanos como ofrenda al momento de clausurar la entrada.
En conferencia de prensa, Sergio Gómez explicó que el túnel fue descubierto en 2003, cuando se formó una oquedad provocada por las lluvias, justo frente a la pirámide de Quetzalcóatl. En ésta última etapa, la cual constó de ocho meses de exploración, se localizó la entrada del túnel a 12 metros de profundidad.
Primeras imágenes
En la entrada del túnel, los arqueólogos abrieron una pequeña oquedad y utilizando el escáner tomaron las primeras imágenes del interior.
El escáner sólo pudo recorrer 37 metros, de los más de 100 que mide el túnel, debido a la irregularidad de la tierra. Topa con algo, quizá con piedras de algún derrumbe o porque el corredor tiene algún desnivel, dijo Juan Carlos García, operador de ese instrumento.
“Aunque nos falta excavar dos metros más para llegar al piso del túnel, contar con las primeras imágenes del interior nos permitirá planear mejor la forma de entrar. Aun así, tendremos que retirar gran cantidad de tierra y un pesado bloque de piedra que obstaculiza el acceso.
Todo el proceso podría llevarnos dos meses más de trabajo, pues debemos continuar la exploración con la misma sistematización que llevamos desde el inicio y así evitar perder información importante que nos permita saber qué actividades realizaban ahí los teotihuacanos hace miles de años y por qué razón decidieron cerrarlo, explicó Sergio Gómez.
Los arqueólogos todavía no han determinado con precisión la época de construcción del túnel, pero estiman que fue clausurado por los teotihuacanos entre los años 200 y 250 dC.
A la hora de clausurar el túnel los teotihuacanos arrojaron gran cantidad de grandes piedras que bloquearon el acceso. Los investigadores también dieron a conocer que el túnel es anterior a la construcción del Templo de la Serpiente Emplumada, así como de la Ciudadela.
El túnel es contemporáneo a una estructura arquitectónica de grandes dimensiones, que podría ser una cancha de juego de pelota, de acuerdo con la forma que tiene en planta, sostuvo Sergio Gómez.
Se piensa que debajo de la pirámide de Quetzalcóatl existió un edificio que los teotihuacanos desmantelaron para dar paso al Templo de la Serpiente Emplumada.
En la parte baja de la oquedad se localizaron varios muros superpuestos, hechos con bloques de tepetate perfectamente cortados. Hasta ahora se han desenterrado dos metros de altura de los cuatro a cinco que alcanzan.
Es posible que el túnel descubierto hubiera sido el elemento más importante y sagrado en torno al cual se hicieron las primeras edificaciones en este lugar, hacia el año 100 aC, y posteriormente, donde se construyera La Ciudadela, que fue el magno escenario donde debieron realizarse rituales vinculados con los mitos de la creación original y el inicio del tiempo mítico, expresó el arqueólogo.
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