Llamó la atención de cómo grupos de turistas abarrotaron las
casas de arquitectura vernácula con el único objeto de admirar las creaciones
de los concursantes. Jardines inesperados: con fuente de arroyo artificial,
huerta de manzanos o bosque de pinocotes y encinos.
No obstante, una habitación,
cuyos dueños residen en la ciudad no fue dispuesta al público pero desde la
calle se pudieron apreciar el arroyo, los senderos, las rosas, los narcisos y
los berros en floración.
Pero las autoridades y
líderes de Capulálpam no paran. Dos semanas después, realizaron la fiesta de
Tierra Caliente, cuyo aspecto central fue una multitudinaria procesión del
templo de bóveda arabesca al paraje Agua Blanca, en donde se celebró un ritual
de agradecimiento a la Madre Tierra. Y aprovechando la presencia de
representantes de varios pueblos mineros de la región, se exhortó a defenderse
ante las incursiones depredadoras de las mineras mientras, en la en la
inmensidad, resurgía el enigmático concierto de las cigarras. (Abel Ruiz López)
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