martes, 20 de noviembre de 2012
sábado, 17 de noviembre de 2012
Explorarán la parte marina del cráter Chicxulub, en Yucatán
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2012, p. 2
Un equipo internacional de científicos, que encabeza Jaime Urrutia Fucugauchi, del Instituto de Geofísica (IG) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), empezaron una investigación en la parte marina del cráter Chicxulub, en la Península de Yucatán, huella que dejó el asteroide que chocó con la Tierra hace más de 65 millones de años y causó la extinción de 75 por ciento de las especies animales y vegetales, como los dinosaurios, hipótesis que confirmó hace 24 meses.
Las indagaciones en el sector central del cráter, de más de 200 kilómetros de diámetro, que constituye un laboratorio geológico hacia el pasado, tienen el propósito de profundizar en los efectos físicos del impacto y la velocidad a la que se dio, así como analizar cómo se recuperó la vida en la Tierra después de ese hecho.
En el proyecto colaboran expertos del Colegio Imperial de Londres y las universidades de Cambridge y de Texas. Los estudios forman parte del Programa Internacional de Perforaciones en Océanos (IODP, por sus siglas en inglés), y la perforación estará a cargo de ECORDS, consorcio europeo que se ocupa de los proyectos de operaciones marinas con plataformas especiales.
Urrutia Fucugauchi detalló que el cráter está cubierto por unos 800 a mil metros de sedimentos carbonatados y no hay exposiciones en superficie. El centro geométrico de la estructura se localiza en Chicxulub Puerto, en la línea de costa, y un poco más de la mitad de la estructura está en el mar.
"Se realizarán las primeras perforaciones en el sector central, en la zona marina", explicó el científico, quien desde que empezó las investigaciones, en la década de 1990, ha reunido más de seis mil metros de núcleos de perforación.
Con esta nueva aventura científica se pretende investigar varios procesos ocurridos luego del impacto, como la sedimentación, evolución y recolonización de la zona por diversos organismos.
También se indagará cómo se creó el peculiar anillo de picos del cráter. Los boquetes complejos con aros son característicos en otros cuerpos del sistema solar, pero en el registro terrestre "Chicxulub es el único con ese anillo. Varios modelos teóricos explican su formación e involucran fragmentación, eyección, colapso y desplazamiento de grandes volúmenes de rocas de la corteza a profundidades de 20 a 25 kilómetros".
Según esos modelos, el material provino del colapso central y los desplazamientos laterales del anillo externo. "El proyecto en el que se trabaja proporcionará muestras de esa zona, para analizar y evaluar los mecanismos de formación."
Con las nuevas muestras también será posible investigar las propiedades petrofísicas de la parte central, como la baja velocidad observada en varios estudios sísmicos, así como analizar la presencia de posibles organismos extremófilos (que viven condiciones extremas).
"Se requieren muestras para los análisis de laboratorio. Las dos perforaciones incluyen recuperación continua de núcleos, componente del proyecto que incrementa los tiempos de esos trabajos y costos", precisó.
Los científicos también pretenden saber la velocidad y trayectoria del impacto, fundamentales para modelar la cinemática y dinámica del mismo, así como para calcular la transferencia de energía, formación del cráter, profundidad de excavación y los volúmenes de material acumulado y/o eyectado.
Efectos ambientales y climáticos
Asimismo, será posible conocer características de la estructura, como el levantamiento central, los anillos internos y externos, las zonas de terrazas, las relaciones de simetría/asimetría y efectos ambientales y climáticos.
"No se dispone de datos sobre la velocidad; en los modelos y simulaciones por computadora se usan estimaciones del orden de 25 a 30 kilómetros por segundo; esperamos que el proyecto proporcione datos para determinar posibles rangos de ésta y sobre el ángulo de impacto y trayectoria. En particular se evalúan propuestas de impacto de alto ángulo, de bajo con trayectoria hacia el noroeste, y hacia el noreste."
Para la fase de geofísica y geotecnia de esta campaña se emplean barcos y equipos de geofísica, batimetría de alta resolución y de perforación, mientras en la fase de perforaciones y núcleo se usa una plataforma marina especializada.
La decadencia de los mayas se debió al cambio climático, según estudio
The Independent, Reuters y Afp
Periódico La Jornada
Viernes 9 de noviembre de 2012, p. 2
Una de las civilizaciones más importantes del mundo fue orillada a la decadencia por sucesivos periodos secos que culminaron con una sequía prolongada, de acuerdo con un estudio que arroja nueva luz sobre la misteriosa desaparición de los mayas, alrededor del año 1100 de nuestra era.
Los eruditos se han preguntado durante mucho tiempo qué circunstancias condujeron al fin relativamente abrupto de la civilización maya, que existió a lo largo de dos mil años y en su época de esplendor llegó a tener una población de 13 millones de habitantes.
Entre las teorías del colapso de la sociedad maya estaban las guerras civiles o la hambruna producida por la degradación ambiental, pero el estudio más reciente sugiere que la razón fue tal vez la falta de lluvia.
Científicos que han analizado la composición química de las columnas de piedra caliza o estalagmitas del piso de la caverna de Yok Balum, en el sur de Belice, señalaron que la región experimentó periodos de lluvia abundante y luego sequía prolongada, que corresponden al ascenso y decadencia de la sociedad maya.
Expediente que abarca 2 mil años
Un equipo internacional de investigadores compiló un expediente detallado que registra 2 mil años de clima húmedo y seco en el que se desarrollaron las ciudades mayas desde el año 300 hasta el mil.
Utilizando los datos encerrados en las estalagmitas y la rica evidencia arqueológica creada por los mayas, el equipo publicó sus hallazgos en la revista Science el jueves.
Las estalagmitas se forman en el piso de las cuevas por la caída continua de agua calcárea, lo cual permite medir las precipitaciones a lo largo del tiempo.
A diferencia de la tendencia actual de calentamiento global, provocado por la actividad humana –incluyendo la emisión de gases de efecto invernadero–, el cambio en el clima de América Central durante el colapso de la civilización maya se debió a un patrón natural, masivo y ondulante.
Esta pauta climática alternativamente trajo humedad extrema, lo que fomentó el crecimiento de los mayas, y periodos de sequía en una escala de siglos, explicó Douglas Kennett, antropólogo de la Universidad de Penn State y autor principal del estudio.
Los periodos húmedos significaban buena agricultura y creciente población, señaló Kennett en una entrevista telefónica.
También reforzó el poder de los reyes de los centros poblados, que reclamaban el crédito por las lluvias que traían prosperidad y realizaban sacrificios de sangre públicos destinados a mantener el clima favorable a la agricultura.
Cuando el periodo de lluvias cambió gradualmente al clima seco, en torno al año 660, el poder de los reyes y su influencia se derrumbaron, lo que tiene estrecha relación con el aumento de las guerras por los recursos escasos, agregó.
"La idea es que (los reyes) produjeran la aparición de las lluvias, mantuvieran todo junto, y eso es genial cuando se está en un periodo muy bueno (...), pero cuando las cosas empiezan a ir mal, y si a pesar de hacer ceremonias para que mejoren no pasa nada, entonces la gente empieza a cuestionar si los reyes realmente deberían estar a cargo de la comunidad", dijo.
Foto
Dzidzantún, en YucatánFoto Fabrizio León Diez
El colapso político de los reyes mayas llegó en torno al año 900, cuando una sequía prolongada socavó su autoridad. Pero las poblaciones mayas permanecieron durante otro siglo más o menos, cuando una grave sequía que duró desde los años 1000 a 1100 los obligó a abandonar lo que solían ser sus mayores centros de población.
Incluso durante el apogeo maya, los humanos tenían un impacto en el medio ambiente, sobre todo por cultivar más tierras, lo que a su vez provocó mayor erosión, dijo Kenett.
Durante los periodos de sequía, los mayas intensificaron la agricultura.
Cuando el clima de la zona cambió a seco exacerbó el impacto humano sobre el medio ambiente, afirmó.
"Hay algunas analogías a esto en el contexto moderno que deben preocuparnos" en África y en Europa, dijo.
Si hay cambios en el clima que socavan los sistemas agrícolas en algunas zonas, se podría crear una hambruna generalizada, la inestabilidad social y la guerra, del mismo modo que pudo haber ocurrido en la civilización maya, afirmó Kenett.
James Baldini, de la Universidad de Durham, en Gran Bretaña, uno de los principales autores del estudio publicado en Science, señaló que “el ascenso y la caída de los mayas es el ejemplo perfecto de una civilización muy avanzada incapaz de adaptarse al cambio climático.
"Periodos de lluvias excepcionales (de 450 a 660 dC) aumentaron la productividad de los sistemas agrícolas mayas, causando una explosión demográfica y una sobrexplotación de los recursos", dijo el investigador.
El clima se volvió cada vez más seco y provocó un agotamiento de los recursos, una desestabilización del sistema político y guerras, explicó Baldini.
Y "después de años de carencia, la sequía, que duró casi un siglo, desde 1020 hasta 1100, definitivamente selló el destino de la civilización maya", precisó.
Estos investigadores lograron reconstruir los periodos de lluvia y sequía en el transcurso de los últimos 2 mil años en la región donde vivían los mayas, entre México, Belice, Guatemala y Honduras.
Para ello, analizaron la composición química de estalagmitas de la cueva de Yok Balum en Belice, situada a 1.5 kilómetros del sitio maya cerca de Uxbenká y cercana a otros grandes centros mayas impactados por el mismo sistema climático.
Debido a que los mayas recopilaban meticulosamente los sucesos políticos en tallas en monumentos de piedra, los autores del estudio pudieron comparar la reconstrucción de la historia del clima en la región y los cambios en la frecuencia de los conflictos y otros eventos importantes.
Descubren 47 osamentas prehispánicas mayas en zona arqueológica de Cancún
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La Jornada
Jueves 15 de noviembre de 2012, p. 6
Alrededor de 47 osamentas de individuos, datadas entre los siglos XIV y XVI, fueron descubiertas por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en San Miguelito, sitio prehispánico recientemente inaugurado, que se ubica cerca de la zona hotelera de Cancún.
Así lo explicó a La Jornada Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH Quintana Roo, quien detalló que la mayoría de los entierros corresponden a osamentas de niños –una treintena–, los que fallecieron debido a desnutrición y anemias agudas tras la conquista española.
"Los niños murieron entre los dos y seis años de edad en muy malas condiciones de salud, particularmente con anemias muy agudas, lo que contrasta con los datos que se han obtenido en entierros de sitios del periodo Clásico (200-800 dC), que evidencian que los pequeños eran amamantados por sus madres hasta los cuatro años, por lo cual tenían condiciones de vida más sanas que los actuales mayas de México o Guatemala".
Los hallazgos de San Miguelito, manifestó la arqueóloga, son relevantes porque documentan las condiciones de salud de la población maya de la costa oriental de Quintana Roo entre los siglos XIV y XVI.
Hambre y crisis
En la práctica, prosiguió Velázquez Morlet, estos hallazgos "plantean el reto de explicar si este deterioro en las condiciones de salud es común para las poblaciones mayas del Posclásico tardío, o si bien son el resultado de la presión ejercida por la campaña de conquista española y la ruptura de las redes de intercambio de la península de Yucatán".
El proyecto arqueológico San Miguelito, subrayó la experta, está enfocado al estudio de la vida de las personas comunes en el periodo Posclásico, alejadas de la suntuosidad de los palacios y de la opulencia de las cortes reales.
Las osamentas fueron descubiertas dentro de 11 edificaciones de tipo habitacional y revelan "la última fase de la época prehispánica en este antiguo sitio maya, que se caracterizó por el hambre y la crisis, derivados de la campaña de conquista y colonización española en el siglo XVI".
Recordó que la situación en la península de Yucatán, tras la conquista fue diferente al resto de Mesoamérica, porque había muchas ciudades dispersas, lo que "a los españoles les tomó 20 años someterlas y cuando lo consiguieron se asentaron del lado occidental, donde hoy se ubican Yucatán y Campeche; en tanto que la parte oriental, es decir, lo que hoy es Quintana Roo, sufrió las consecuencias de la ruptura de las rutas comerciales mayas, hasta que poblaciones como San Miguelito-El Rey fueron abandonadas".
Sandra Elizalde, la arqueóloga responsable del proyecto, detalló: "Los estudios realizados hasta ahora indican que hubo un alto índice de mortalidad infantil, seguramente derivada de las malas condiciones de salud y desnutrición de una población, muy empobrecida en el siglo XVI".
Los hallazgos son resultado de las primeras exploraciones en el sitio, las cuales se iniciaron en 2010 y han arrojado entre otras evidencias "humildes ofrendas que acompañaban a los restos de los infantes".
Sobre todo, explicó la especialista, los esqueletos estaban acompañados de "cerámica burda, propia de una sociedad empobrecida; incluso uno de los entierros contenía una figurilla en forma de colibrí y otro la de una anciana que tiene perfectamente detalladas las arrugas de la cara".
Diecisiete son de adultos
Del resto de las osamentas halladas, Sandra Elizalde aseveró que los 17 entierros corresponden a adultos, mientras otras todavía no se identifican porque están muy fragmentadas.
"Dos de los 17 entierros estaban depositados en urnas de cerámica, en tanto que otros se encontraron con ofrendas sencillas, de las cuales sobresalen una integrada por dos astas de venado, un cuchillo y puntas de proyectil."
La zona arqueológica de San Miguelito fue inaugurada hace un par de semanas por el presidente Felipe Calderón junto con el Museo Maya de Cancún.
Hasta ahora en este sitio, explicó Adriana Velázquez Morlet, han sido identificadas dos etapas: “La primera del siglo XIII al XIV, cuando se crea el asentamiento (1200-1350 dC) y fueron construidos los edificios más importantes, incluso, seguramente por esos años este lugar tenía vínculos con Tulum, Xcaret y Xel-há, porque la arquitectura de los cuatro es similar.
"En tiempos prehispánicos, San Miguelito y El Rey debieron ser un solo asentamiento de mucha importancia para el comercio de la región, porque se ubica en un lugar estratégico, en la entrada a la laguna Nichupté, por lo que fue un puerto obligado para las embarcaciones que circulaban por la península de Yucatán".
Por tal razón, puntualizó Velázquez Morlet, la población explotaba recursos marinos y sembraba y este lugar era próspero, pero todo cambió cuando comenzó la campaña de conquista y colonización de los españoles, que marca un segundo periodo de crisis y es abandonado hacia el siglo XVI”.
Además de los entierros y ofrendas se descubrieron un pendiente de cinco centímetros, elaborado con la concha de un caracol y que tiene grabado –con una talla muy fina– el rostro de un individuo de facciones propias del centro de México; además de herramientas de lítica: cuchillos, varios núcleos de obsidiana procedente de Guatemala, entre otros artefactos y objetos ornamentales elaborados en concha.
Las especialistas refirieron que a raíz de las exploraciones en San Miguelito –sitio que tiene 40 estructuras divididas en cinco conjuntos arquitéctonicos–, también descubrieron un templo con fragmentos de pintura mural, con diseños de fauna y elementos marinos.
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