Periódico La Jornada
Viernes 22 de noviembre de 2013, p. 3
Viernes 22 de noviembre de 2013, p. 3
En los años 80 del siglo pasado el editor italiano Franco Maria Ricci (Parma, 1937) revolucionó el arte editorial. Luego, junto con el el fotógrafo Massimo Listri (Florencia, 1954), creó la revista
más preciosa que se haya hecho.
Los genios de los mundos editorial y fotográfico se conjuntan en La divina proporción en la obra de Franco Maria Ricci y Massimo Listri, exposición con la que el Museo Nacional de San Carlos rinde homenaje a los dos grandes artistas.
La muestra reúne más de 100 libros, láminas, grabados, tres obras de Hermenegildo Bustos, esculturas de Messerschmidt y Tenerani, así como 30 fotografías de gran formato.
La crítica de arte Germaine Gómez Haro, integrante del patronato del museo, conoció a Ricci hace dos décadas cuando estaba por abrirse el Centro de Cultura Casa Lamm, cuya naciente librería Pegaso dedicó una sala especial al fondo editorial Franco Maria Ricci, quien prácticamente no era conocido en México.
Para el espacio, Ricci trajo de Italia el mobiliario porque
así como su editorial tenía un sello personal, también sus librerías.
El color negro característico de las portadas del editor, cuyas cubiertas eran de seda, con letras doradas, también se empleó para los muebles laqueados, con diseño neoclásico.
Explorador de temas insólitos
Nombrado
el más grande editor de arte del mundo, Gómez Haro explica que Ricci se apasionó por el impresor italiano Giambattista Bodoni (1740-1813), cuya tipografía se metió de lleno a estudiar. De hecho, su primera publicación fue en torno a ello.
A partir de eso, Ricci creó
un estilo muy propio en el que incluyó los caracteres de Bodoni en sus diseños, a la vez que incursionó en el estudio del mundo clásico, del Renacimiento y el neoclasicismo, expresa la entrevistada. De allí el estilo Franco Maria Ricci.
Respecto de sus libros, Ricci
tuvo la curiosidad de explorar artistas que quizá hoy día nos parecen muy conocidos, pero en su momento estaban un tanto olvidados, por ejemplo, Tamara de Lempicka, así como las fotografías de niñas de Louis Carroll.
De acuerdo con Germaine Gómez Haro también
tuvo el ojo de buscar temas de alguna manera insólitos, con los que hizo sus colecciones de libros, además, incorporaba escritores de primer orden a quienes entusiasmaban a escribir de temas en que quizá ellos mismos nunca habían incursionado.
Así nació la colección La huella del hombre, pero también Lujo, calma y voluptuosidad, en la que tocaba temas
tal vez frívolos, o que tenían que ver con la vanidad, la moda y lo pasajero, pero que analizaban a los modistas, por ejemplo, desde el punto de vista artístico.
Incursionó en la literatura, sobre todo a partir de la amistad muy cercana que tuvo con Jorge Luis Borges, de la que nació la colección La torre de Babel, de libros de pequeño formato, cuyos autores y títulos fueron seleccionados por el propio escritor argentino, señala la directora de promoción y difusión cultural de Casa Lamm.
Para Gómez Haro otro punto destacado de la editorial fue la creación después de la revista de arte FMR para la que se creó
una complicidad muy fuerte con el fotógrafo Massimo Listri, quien se ha dedicado mucho a la arquitectura de interiores y exteriores. La manera en que Listri capta los espacios tiene mucho que ver con la monumentalidad del arte clásico desde los enfoques, las perspectivas y, sobre todo, el gusto por retratar esos espacios.
La relación de Ricci con México fue más allá de la librería. Invitado aquí en primera instancia por Guillermo Tovar de Teresa, recientemente fallecido, cuando el editor conoció los retratos de Hermenegildo Bustos le fascinaron y publicó un libro con textos de Octavio Paz y Luis González y González. También editó un libro sobre el Palacio de Bellas Artes que
nos da la oportunidad de conocer a detalle la fabulosa ornamentacióndel recinto, acota la entrevistada.
Con motivo de la muestra se publicó el libro La divina proporción en la obra de Franco Maria Ricci y Massimo Listri(Conaculta/Ricci), de Giorgio Antei.
La exposición plantea cuestiones trascendentales como el significado de la belleza, su concepción en la cultura occidental y el peso de la herencia cultural, así como la posibilidad de generar un diálogo continuo entre presente y pasado. No hay mejor ejemplo de ello que la labor de estos dos grandes exponentes de la cultura que, sin renunciar a su contemporaneidad, se han empeñado en revigorizar la tradición clásica, evidenciando lo perdurable de su enseñanza.
Además, de las lecciones tipográficas de Bodoni, Ricci y Listri han aprendido que el objetivo último del proceso creativo es la finalidad comunicativa, el fine comunicable del arte del que hablaba Leonardo da Vinci. Esta idea de unión y coherencia a la existencia de este proyecto intelectual, museográfico y editorial.
La muestra asimismo permitirá al público acercarse a uno de los conceptos claves del arte occidental, como
la divina proporción. En las décadas recientes los libros y las creaciones gráficas han cambiado dramáticamente, llevando al espectador a temer por el futuro de la imprenta. De hecho, lo virtual va remplazando a pasos agigantados al papel. Con su estilo clásico y su apego al criterio de la
divina proporción, Ricci y Listri representan formas de resistencia a la tentación tecnológica.
La divina proporción... será inaugurada el jueves 28, a las 19 horas, en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera).
A las 17:30 horas de ese día se efectuará la mesa redonda Del Re, con la participación de Diego García Elio, Germaine Gómez Haro, Ricardo Salas, Giorgio Antei y con la asistencia del dúo Ricci/Listri.
Después del Museo Nacional de San Carlos, la muestra viajará al Centro Cultural Santo Domingo, en la capital de Oaxaca, y el Museo Regional de Guadalajara.