jueves, 26 de septiembre de 2013

Preocupa la pérdida de la capacidad de concentración en escritores y lectores

Twitts, whatsapps e Internet cambian la manera de escribir y de leer, opina autor argentino

Ericka Montaño Garfias
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de septiembre de 2013, p. 5
Más allá de la discusión acerca del futuro del libro, si se lee en papel o en formato digital, lo preocupante es la pérdida de la capacidad de concentración, no sólo en los escritores, sino en los lectores, que ahora no son capaces de dedicar más de 20 minutos completos a la lectura o a escuchar una ponencia, advirtió el escritor argentino Hernán Casciari durante la conferencia magistral que ofreció ayer en la segunda jornada del tercer Simposio Internacional sobre el Libro Electrónico: la cadena del libro en el mundo digital.
Distracciones digitales
Casciari, creador del género de la blognovela, señaló que en este mundo lleno de distracciones digitales, que van desde enviar mensajes, twitts, whatsapps, emails o navegar en Internet, ha cambiado también la jugada de la escritura y de la forma de leer.
“No me importa en absoluto el futuro del libro ni el de papel ni el electrónico ni la convivencia entre ambos, ni las políticas para fomentar la lectura, o si la gente lee más o menos, o cómo harán los editores para conservar su nivel de vida.
“No, en este momento lo que me preocupa terriblemente es que no nos podemos concentrar. La falta de concentración, lo que nos cuesta leer, escribir, escuchar, en esta sala (el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología), donde somos todos muy inteligentes y despiertos.
Somos una élite preocupadísima por el futuro de la letra impresa. Hay escritores, periodistas, libreros, estamos los que hemos venido al mundo para reflexionar sobre cómo tenemos que hacer para que los otros, los que no somos nosotros lean, porque supuestamente los que participamos de estos seminarios no tenemos ningún problema de ésos: leemos con la misma concentración.
Sin embargo, esto no es cierto. Creo que es necesario confesar de una vez por todas que cuando nos quedamos solos en los hoteles la mayoría de nosotros estamos asustados porque no nos podemos concentrar más de media hora en nada que no nos resulte placentero de verdad y no son libros. No duramos ni 10 minutos con un libro abierto ni en papel ni electrónico, procrastinamos todo el tiempo.
Más aún, la tecnología, todas esas luces rojas y sonidos de los teléfonos celulares, las computadoras o las tabletas, no sólo nos destrozan la concentración, sino que hace añicos las historias que tenemos que contar a nuestros hijos, porque, ¡qué espantosa sería la literatura si el teléfono móvil hubiera existido siempre: muchos de los complots de la literatura se basan en la distancia y la falta de comunicación, cosas que ahora no ocurren con la tecnología.
Hoy basta un mensaje de texto, una llamada telefónica, un correo electrónico...
“Las tramas estarían muertas antes de nacer. Piensen ustedes en una historia clásica desde La Odisea, Pinocho, pasando por El viejo y el mar. Ahora pónganle un teléfono móvil al protagonista, con conexión a Internet, etcétera. ¿Qué pasa con la historia clásica?, ¿funciona la trama? ¡No funciona un carajo la trama!
“Caperucita alerta a la abuela a tiempo, Penélope ya no espera con incertidumbre, con un iPad el coronel sí tiene quién le escriba y Tom Sawyer no se pierde en el Misisipi gracias a Google Maps y Geppetto recibe una alerta de que su hijo no fue a la escuela”, y otro ejemplo, si Julieta hubiera tenido celular le habría escrito un whatsapp a Romeo y todo el problema se habría evaporado.
Los obstáculos que siempre generan las grandes tramas fracasan en la era digital y nos provocan una apatía gigantesca, lo tecnológico nos empieza a entorpecer las historias que contamos. No me importa si las tramas seguirán leyéndose en papel o en libros digitales. Me preocupa que no podamos concentrarnos nunca más en lo que sabíamos hacer: leer y escribir.
Tras la disertación de Casciari las actividades del simposio continuaron con la mesa redonda Escritores en plataformas digitales, moderada por Mónica Nepote, en la que participaron Perla Sassón-Henry, Mauricio Montiel Figueiras, Vicente Luis Mora y Jaime A. Rodríguez.
Se habló de la literatura y la escritura en la era digital. Los cambios que eso supone para el escritor en la medida de que usa las nuevas herramientas, desde el hipertexto a las redes sociales, especialmente Twitter, como en el caso de Montiel Figueiras con @elhombredetweed, o en el uso de diferentes plataformas como hacen Mora o Rodríguez.
Generación de autores online
Hay escritores que ven las nuevas tecnologías como un paso para publicar en papel, dijo Mora, “pero son quienes usan Internet como plataforma. Eso es cosa de edad, son los que tienen más de 30 años. Sin embargo, viene una generación de autores online que sólo escriben en la red y no les preocupa publicar en papel. Son quienes hacen hipertexto dinámico y saben que eso es imposible en papel.
Durante siglos se nos ha impuesto esa figura del escritor solemne el cual quiere que su obra perdure. Hoy comienza a romperse esa figura: hay una revolucionaria generación de nuevos escritores a quienes no despreocupe que la obra dure. Por eso nos cuesta entender formas de literatura que no buscan solemnidad ni perdurar, hay que divertirse un poco, quitarnos esas orejeras sobre lo que es el escritor solamente. Pensar que puede haber uno más relajado y que busca otros propósitos.
Montiel Figueiras destacó: “No hay una transformación del escritor, no significa que va a tener el cerebro conectado a Twitter todo el tiempo. Hay transformación de las plataformas y las herramientas.
No hablamos de la transformación del narrador, insisto. Éste va a seguir narrando historias, las herramientas que tiene para ello es lo que ha cambiado.
Antes, añadió, nos reuníamos a la luz de las velas para que nos contaran historias, hoy es a la luz de una pantalla.
Defensa del petróleo


Elena Poniatowska

A
los 51 años, Claudia Sheinbaum parece una jovencita. Será porque la inteligencia y el compromiso rejuvenecen. En nuestro país, son pocas las científicas y menos aún las que participan directamente en la vida política de México. Desde el año 2000, Claudia Sheinbaum Pardo, doctora en ingeniería energética del Lawrence Berkeley Laboratory, caminó al lado de Andrés Manuel López Obrador y Alejandro Encinas como secretaria de Medio Ambiente del Gobierno del Distrito Federal. De ganar el Peje, la investigadora galardonada con el Premio Jesús Silva Herzog en Problemas del Desarrollo habría sido secretaria de Medio Ambiente. Las innumerables publicaciones académicas sobre energía, electricidad, emisiones de carbono, la industria del hierro y el efecto de los cambios climáticos avalan su sorprendente trayectoria y la decisión poco común de poner su ciencia al servicio de la causa lopezobradorista y, sobre todo, la defensa del petróleo.
El 8 de septiembre, en el mitin de Morena, Claudia fue oradora al lado de Martí Batres, Damián Alcázar y López Obrador, y aseguró que la reforma que propone el gobierno de Peña Nieto es una traición y que mienten quienes la defienden.
“Mienten deliberadamente cuando dicen que Pemex no tiene recursos para seguir aprovechando el petróleo y el gas natural. Con todo y la enorme corrupción, Pemex es hoy por hoy la segunda empresa petrolera más importante del mundo en utilidades antes de impuestos. Si fuera tan mal negocio el petróleo mexicano, ¿por qué tienen tantas ansias de venir las trasnacionales?
“(…) Mienten cuando dicen que Pemex no puede desarrollar tecnología. No sólo es una afirmación patética, sino que es una falta de respeto a instituciones públicas como la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, universidades públicas estatales y el Instituto Mexicano del Petróleo que por años han formado a unos de los mejores ingenieros civiles, petroleros y químicos del mundo.
“(…) Mienten cuando dicen que es necesario ‘compartir los cuantiosos riesgos geológicos y financieros’ porque no necesitamos compartir ningún riesgo, porque no necesitamos compartir la renta petrolera. Mienten cuando dicen que es necesario producir más petróleo. Esa es una necesidad del vecino del norte y no de México. México requiere destinar el gran valor del petróleo para las necesidades nacionales. En el mundo se discute cómo disminuir la explotación petrolera por los efectos del cambio climático y el gobierno de México todavía no lo entiende… pero qué se le puede pedir a un gobierno que no lee siquiera los periódicos”.
La universitaria, quien fue Premio Joven Investigador de la UNAM y se ha responsabilizado de todos los encuentros de especialistas en petróleo, hizo suyas las palabras de don Jesús Silva Herzog: “(…) No hay que olvidar que un pueblo no conquista su libertad pidiéndola por favor a sus explotadores sino luchando con decisión, constancia y valentía”.
¡Aquí estamos, aquí estamos, aquí estamos!, repetimos tras Claudia Sheinbaum, quien desde el templete encabezó la protesta y con el vigor y la emoción de sus palabras logró que nos sintiéramos orgullosos herederos de los mexicanos que en 1938 nos dieron patria. ¡Viva el general Lázaro Cárdenas! y todas nuestras voces resonaron frente al Hemiciclo a Juárez tan mexicanas como lo son nuestros recursos energéticos.